Capítulo 170
Esa misma tarde, a las 7 de la noche, Camila acudió a su encuentro con Brandon. Un camarero la condujo al jardín elevado del restaurante, donde vio a Brandon sentado junto a la ventana.
—Ha pasado un tiempo.
Brandon se levantó y se acercó a abrazarla. Vestía una camisa blanca, un chaleco gris y un pantalón gris, lo que le daba un aspecto elegante y refinado.
Camila no estaba acostumbrada a que la abrazaran, por lo que su cuerpo se puso ligeramente rígido de inmediato.
Él, caballerosamente, le acercó la silla y ella le dio las gracias antes de sentarse. Fue entonces cuando notó un ramo de camelias sobre la mesa. Eran blancas como la nieve y despedían un ligero aroma floral.
A Brandon parecía gustarle mucho la camelia, ya que era la única flor que siempre aparecía a su alrededor. Además, siempre le regalaba camelias cuando se encontraban. Parecía estar obsesionado con las camelias.
Brandon le entregó el menú a Camila. —¿Qué quieres comer?
—Señor Devond, no estoy aquí