Capítulo 143
A la mañana siguiente, como todos los días, Camila se despertó temprano y se arregló para ir al trabajo. Además del ajetreo laboral, también estaba siendo entrenada por un experto en finanzas para poder manejar todos los asuntos adecuadamente.
Después de varias reuniones, volvió a su oficina.
Claudia, que rara vez se conectaba a Internet, llamó inmediatamente a Camila después de leer una mala noticia. Camila dejó el documento que tenía en la mano al escuchar el móvil sonar.
—Sí, ¿halo, mamá? —dijo Camila.
—¿Cómo sigue mi yerno? —preguntó Claudia de inmediato.
—Mamá, él no es tu yerno. Deja de llamarlo así —la corrigió Camila—. El señor Langley es mi superior. Sin embargo, todavía está en el hospital. El médico dice que se está recuperando bien. Puede que lo visite más tarde.
Claudia ni siquiera la escuchó y continuó:
—Me alegra que esté bien. Tiene su propia empresa, ¿no? Deberías agradecer a tu buena suerte si un hombre con buena posición quiere casarse con una di