Capítulo 357

  —No dije nada sobre que fueras el asesino, Artur. ¿Por qué te pones tan nervioso, eh? —le espetó Brandon, furioso.

  —No estoy nervioso. —Artur se apoyó perezosamente en el sofá mientras continuaba—: Simplemente no me gusta que me mires con esa mirada. Me miras como si fuera el asesino.

Alfredo los interrumpió:

  —¡Ya basta! ¡No quiero saber nada más de ustedes dos hasta que llegue el médico!

Luego se volvió hacia Camila, que estaba algo pálida de miedo, y añadió:

  —Pareces aterrorizada. ¿Qué tal si le pido a la criada que limpie otra habitación para que puedas descansar arriba?

Camila negó con la cabeza y cortésmente rechazó su oferta:

  —Muchas gracias, viejo señor Windsor, pero preferiría quedarme aquí con ustedes.

Alfredo no dijo nada más después de eso.

Unos diez minutos después, el médico finalmente llegó. Iba a saludar a Alfredo al entrar en la sala, pero él le indicó que examinara primero el cuerpo arriba.

El médico asintió y subió las escaleras mientras todos