BRENT ESTABA TOMADO DE LAS MANOS de su hijo, Dylan, mientras veía el avión de su esposa volar hacia el cielo y sonreía, satisfecho de sí mismo.

Bienvenido futuro... y el mundo finalmente está ahora en mis manos...

— ¿Mamá regresará pronto, papá?

— Por supuesto, hijo, muy pronto.

Si es posible, en varios ataúdes... porque diablos nadie vuelve ...

Recordó la historia de los cuñados aventureros y sonrió al darse cuenta de que afortunadamente tendría una mano más enterrada en el jardín de la mansión Lyton.

DÍAS ANTES de que Brent contratara a un especialista en matar personas sin dejar rastro, Brent pensó que un accidente aéreo sería la mejor solución, después de todo, podía matar a su maldita esposa y a su insufrible amante de un tiro.

Y así sucedi&oac