COLEEN ABRIÓ LOS OJOS lentamente cuando vio la efigie de su madre sonriéndole.
Me alegro de que te hayas despertado, querida.— ¿Dónde estoy, mamá?— Estás en casa, los médicos te trajeron aquí porque estabas muy agitado en el hospital.— ¿Y Jim?El silencio de tu madre lo ha dicho todo.— Porque Dios? ¿Por qué?— Prometí no volver a llorar por un hombre, madre...— James no era un hombre, era un ángel que Dios puso en su vida, un ángel que la hizo volver a creer en la felicidad, aprender de las lecciones que te dejó, mi amor.— No tengo fuerzas para esto, madre.— Por eso estamos aquí, hija, no necesitas cargar con todo el peso del mundo sobre tu espalda, James te enseñó a compartir tus sentimientos, llevar esto solo te matará, y eso no es lo que quiere e