Se encontraba mirándomefijamente el torso, separó los labios y eso fue todo. Mi cuerpo volvió a sublevarse y cada fibra se excitó acelerando mi respiración y bombeando toda la sangre hasta mi miembro que sobresaltado se endureció al instante ¡maldita sea! Debo hablar seriamente con el pequeño Frank ya que es un desobediente de primera clase, al estar abstraído en mis pensamientos no me percate de la chica que enloquece mis hormonas hasta que siento sus dedos pequeños rozar mi torso, proferí un gemido doloroso y se