Regla #1 CAPÍTULO 33. Una hadita artesana muy cabreada
Mariel apretó los dientes mientras escuchaba el caos que se desarrollaba fuera de la despensa. A través de las paredes, las voces llegaban entrecortadas, pero era imposible no captar el tono desesperado de Leon.
—¡¿Dónde está mi esposa?! —rugió