ROJO PROMESA. CAPÍTULO 31. Ojalá
Era ya de madrugada, la temperatura estaba bajando afuera y Mauro sabía que Ainara estaba angustiada. Ni siquiera habían podido traer sus maletas, porque habías salido corriendo en el auto de Mauro, así que fue por algunas cosas en una de las habitaciones y regresó