Y quizás en ese momento Anja supo que algo en su vida había cambiado para siempre, y no tenía nada que ver con su enfermedad.
Al día siguiente Milo la levantó temprano para su primera sesión de fisioterapia, y a Anja no se le ocurrió quejarse con empezar el día metida con él en la tina.
—Nena, ¿me