—Porque se le nota, tiene cara de vicioso y depredador, lo sé —murmuró Danna—, pero con nosotras jamás se propasó en los entrenamientos, es más, apenas si nos tocaba.
—Pues quizás a ti no porque es obvio que no eres de las dóciles, pero al resto de chicas que entrenó, no lo dudaría —sentenció Ted.