Durante el regreso a la clínica pude sentir la mirada  del jefe a través del retrovisor, aquel hombre era muy bueno pero  esta vez yo no quería ser buena  y no podía serlo.

Se que no estás de acuerdo con lo que he hecho  y si deseas puedes informar a los señores, pero este es mi asunto y ni ellos tienen derecho a entrometerse– comente con tal rudeza que supe que aquel hombre se sintió pequeño  o quizas sabia que todo mi dolor tenía sus responsables principales y estos era ella y aquel sujeto del que su nombre odio mencionar.

Señora solo no quiero que ensucie sus manos y menos que salga lastimada por estos actos –sonreí ante lo que el hombre dijo pues mis manos estaban muy sucias ya y mi corazón apenas se empezaba a reparar cuand