— Harrison— dijo Belén varias veces, hasta que aquel chico por fin le hizo caso.
— ¿Que paso?— pregunto Harrison muy confundido.
— No lo se, solo te me quedaste viendo y no me respondías — dijo Belén entre risas.
— Perdón — dijo aquel chico un poco avergonzado.
— No te preocupes, vamos que se nos hará tarde — dijo con emoción Belén.
— Ya regresamos — dijo Harrison mientras ambos salían por aquella gran puerta.
— Que les vaya bien — se alcanzó a escuchar a la señora Graciela.
Ambos chicos empezaron a caminar y le hicieron parada a un taxi, por fin habían conseguido uno rápidamente, Harrison le abrió la puerta a Belén y ella de inmediato entro, luego de e