Capítulo 85: El amor y la obsesión.
En su departamento privado en un edificio de super lujo, Leandro compartía el lecho con su joven sirvienta, y la miraba dormir plácidamente. Después de ver a la heredera de los Hancock y pasar la noche con ella, le había dicho a Juliana que saldría a un viaje de negocios en nombre de su padre, pues no quería ni tenía ganas lidiar con la caprichosa mujer. La sirvienta a su lado dormía después de su sesión de sexo, y saliendo de la cama, el pelinegro heredero caminó hacia la sala al tiempo que leía los mensajes de su celular.
“Ven a verme a mi departamento a eso de las cuatro de la tarde, tengo algunas preguntas que hacerte, y es importante.” decían los mensajes de Henry, su medio hermano menor.
Frunciendo el entrecejo, Leandro se negó a ir a ver a su medio hermano, que recién había regresado a la ciudad; su presencia le molestaba, y después de saber todo lo que el bastardo hijo de su padre había logrado por sí mismo, lo toleraba menos aún.
Sacando una botella de agua de su refrigerador