Capítulo893
Nicolás se sintió conmovido.

—Liliana, te lo prometo, nosotros no estaremos en peligro.

Liliana levantó sus ojos enrojecidos.

—¿De verdad?

Nicolás asintió solemnemente.

—Sí, vamos a cuidarnos muy bien.

Justo cuando terminó de hablar, la puerta de la habitación se abrió y Paula entró con el desayuno.

Todos dirigieron su atención hacia ella, excepto Leo, que seguía concentrado en la computadora.

Paula colocó la comida en la mesa.

—No sabía qué les gustaría, así que compré un poco de todo.

Liliana agradeció entre sollozos.

—Gracias.

Paula miró los ojos rojos de Liliana, como los de un pequeño conejito, y sintió compasión. —Liliana, no deberías llorar más.

Liliana se frotó los ojos.

—Sí, Liliana será fuerte, no lloraré más.

Paula bajó la mano de Liliana.

—Las manos tienen bacterias, no deberías frotarte los ojos.

Luego, miró a Leo, quien seguía escribiendo frenéticamente en el teclado, y preguntó con curiosidad:

—¿Qué está haciendo Leo?

Nicolás señaló la foto en la pantalla.

—Está
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App