Nicolás tomó el termo de la mesa y le echó un vistazo.
—Sé de quién es.
Ximena se acercó, tomó la caja de regalo que contenía la bufanda, y dijo:
—¿Es de Leo, verdad?
Nicolás asintió.
—Mamá, también tengo un regalo para Leo. ¿Puedes encontrar a alguien para entregárselo?
—¡Mamá, yo también tengo un regalo para Leo!— añadió Liliana.
—Está bien.— Ximena aceptó. Estaba pensando a quién enviar cuando Selene se acercó.
—¡Yo me encargaré de la entrega!— Selene sonrió y habló, —Vi al caballero que vino esta tarde. Parece un poco torpe, con ojos grandes, y bastante guapo.
Ximena entendió que Selene estaba describiendo a Eduardo. Simplemente no esperaba que Selene describiera a Eduardo como un poco torpe...
Ximena miró a los niños y dijo:
—Vayan a buscar los regalos. Además, hay un reloj en la mesita de noche. Por favor, bájenlo para mí.
Liliana miró traviesa y dijo:
—Mamá, en realidad compraste secretamente un regalo para Leo.
Ximena suspiró y acarició el cabello de Liliana.
—Es el mismo