La expresión en los ojos de Diego cambió instantáneamente mientras miraba con ferocidad a David, sus labios se movían ligeramente.
—Entonces, ¿tú por qué razón pones tus manos sobre Yaritza? —Diego contraatacó con enojo, apretando su puño.
—Proteger a la jefa es el deber de cada empleado —respondió David con total calma, sus labios apenas se movieron.
Diego estaba tan furioso, que levantó el puño y lo lanzó hacia David.
¡Pum…!
David recibió el puñetazo con la palma de la mano. Ambos se miraron, sus miradas chocaron en el aire, como un destello y un trueno fugaz, ¡una confrontación entre el hielo y el fuego!
El enfrentamiento entre tío y sobrino, la lucha entre el hielo y el fuego, ¿quién saldría victorioso?
Yaritza frunció el ceño, se liberó con rapidez de la mano de David y se sentó directamente en la silla de descanso en el pasillo.
—Fabiola, Laura, siéntense juntas. Vamos a pedir pipas más tarde y disfrutar de la pelea. De todos modos, esto es un hospital. Si alguien se lastima, l