No sé ni qué hora es cuando siento un movimiento brusco en la cama que hace que abra mis ojos —Amor. — Me dice alto y me mueve —Vístete por favor.—
—¿Qué?— Pregunto entre dormido.
—Mia, está golpeando la puerta. — Me explica mientras se coloca un camisón a toda prisa y me lanza mi bóxer y pantalón de pijama a la cama. Al parecer, el escuchar el nombre "Mia" y la palabra puerta, han hecho que me despertara por completo y al igual que ella, me coloque mi ropa rápidamente.
Una vez que ambos estamos medianamente "vestidos", ella abre la puerta para encontrarnos a esa pequeña de ojazos azules y rizos desordenados con su muñeca Nini entre sus brazos y que sonríe ampliamente al ver a su madre. —¡Mami!— Dice emocionada y de inmediato mi esposa se agacha para poder tomarla en brazos.
—Mi pequeña p