Ana
4 meses después...
—¡Mi amor! ¿Dónde te metiste? —Escuché la voz de Lucas resonar por el lugar, buscándome.
Viajó a España por asuntos de trabajo hace una semana y realmente ya lo extrañaba. Sonreí feliz al oír su voz y Diana se acercó hasta mí para quitarme el delantal que llevaba puesto.
—Ve, mi niña. No hagas esperar a ese hombre que, si no te encuentra, estoy segura echará abajo el lugar con sus gritos —dijo divertida, invitándome a salir de la cocina, donde la ayudaba a preparar las galletas favoritas de Lucas.
—Gracias, Diana... por todo —reí dándole un beso en la mejilla y corrí alegre para unirme a su encuentro.
Cuando lo divisé, se despojaba de la sudadera que llevaba puesta, caminé sigilosa dispuesta a saltarle en la espalda y to