Poder mantener ambos trabajos me estaba costando mucho. Por suerte mi padre y Tina se ofrecieron a cuidar de Hope mientras hacía el turno de la noche los fines de semana. Entrené a una chica, pero no estaba hecha para esto y renunció de inmediato, por lo que mis dos semanas de entrenamiento se esfumaron y tuve que volver a la búsqueda y empezar de cero.
Violet ya me había enseñado cómo funcionaba todo y ese día sería el primero como encargada de la cafetería.
Cuando la alarma marcó las 7.15 a.m. salté de la cama y me metí a la ducha. Luego del baño, cepillé mis dientes y sequé mi cabello. Lo levanté en un moño con mechones descuidados, y me maquillé un poco, solo una línea negra sobre mi párpado, algo de rímel y brillo en mis labios. Me puse el nuevo uniforme, que consistía de un pantalón de vestir negro