Capítulo 17. Mecanógrafa
—Adelante Emma —sugirió el Capitán esperando a que yo entrara primero. Por inercia o vergüenza, comencé a caminar torpemente sin elevarla mirada a mi paso. Pero al entrar note la suntuosidad del lugar tan solo con mirar el suelo. Era una combinación de bloques de mármol blancos y negros, era como un juego de ajedrez sobre mis pies.
Incitada por la curiosidad eleve la mirada unos instantes, encontrando a mi paso una decoración digna de un palacio, vi una gran pintura de lo que parecía ser la escena de alguna obra de teatro o quizás el recuerdo de algo ocurrido en el pasado, era una casa, quizás una mansión ardiendo en llamas, la técnica utilizada en el lienzo era tan perfecta y precisa que podía sentirse las llamas salir de la pintura, podía ver a una familia observar cómo en cuestión de minutos su patrimonio se reducía a nada.
También observe otros cuadros qué, quizás relataban viejas batallas que tal vez me habían enseñado en la escuela, pero que precisamente en este momento no reco