Ismael retiene la mano de la linda y ruborizada Camilia que no le sostiene la mirada y sonríe visiblemente nerviosa. Es muy claro para un hombre como él acostumbrado a conquistar a las mujeres, que le gusta a ella, y eso le agrada mucho.
— ¿Berlín dijiste? ¿Periodismo? ¿Esa no es la facultad al lado de la de ingeniería? ¿Como nunca te había visto? Mira que tengo buen ojo para las chicas hermosas — comenta Ismael complacido de ver como ella se ruboriza con su cumplido.
—Sí, así es, mi facultad queda al lado de la de ustedes —asegura mirando con interés a Ismael—. Es que apenas me relaciono con nadie, estudio mucho en la habitación, ahora porque fui asignada a cubrir este evento y tuve la dicha de que el enigmático y famoso Ransett Fresneda me respondiera dos preguntas. Pero en realidad me enviaron por ser joven y estudiante a ver si averiguaba qué fue lo que hizo que tu hermano y Lianet corrieran en la primera calificación sin sillas.
—Vaya, ya veo que te hizo famosa esas dos pregun