Dos semanas después
La gran mansión Anderson se prepara con bombos y platillos para la llegada del nieto mayor junto a su nueva novia.
Las encargadas de la comida y la decoración corren de un lugar a otro. Tan solo faltan unos minutos y todo debe estar perfecto.
Leonore se encuentra muy emocionada, y a pesar de que ha dicho maravillas acerca de la muchacha a su padre, este simplemente contestó:
—Ya lo veremos.
Él, con la capacidad que tiene de ver a través de las personas, de discernir sus verdaderas intenciones, no permitirá que otra mujer ambiciosa ponga las garras sobre su nieto, pues harto le costó quitarle de encima a la copia barata de Barbie llamada Cassandra.
—Cariño —susurró Helen —. Por favor no pongas esa cara de ogro apenas la veas, dale una oportunidad. Confía en John y en su buen juicio.
El hombre chasqueó la lengua y con bastón en mano caminó hasta el minibar, dónde abrió una botella de su costoso whisky, y bebió un poco.
Su esposa, a la distancia, lo observaba co