Luz y Camille volvieron a casa entre risas al recordar cómo fue que se comunicaron solo con la mirada.
La colorina agradeció infinitamente a su salvadora. Si bien quería beber y bailar para olvidar lo sucedido con Thomas, no quería dejarse llevar hasta el punto de besar a otro hombre.
Un clavo no saca a otro clavo.
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A primera hora de la mañana del día siguiente el chófer de John llegó por la muchacha. Al parecer no podían estar separados más que por un par de horas.
El castaño la espero para desayunar. Se encargó de tener su postre favorito; frutillas bañadas en chocolate y jugo natural de mango.
Desayunaban mientras Luz le relataba lo sucedido la noche anterior. Desde que entraron al club hasta como tuvo que rescatarla de un tipo que quería besarla.
—Yo creo que ellos deben platicar, y ser honestos con lo que sienten. No me creo eso de que Thomas la rechazara así sin más. Presiento que algo lo frena —dijo Luz.
—Opino de la misma manera, pero hablando de él, está aquí, a