Capitulo 40
Al fin pude mover mi cuerpo, en ese instante corrí hacia Ana, Matallus había desaparecido sin dejar rastro —¿Estas bien Ana? No contesto, solo me miro y se desmayó, en mi forma de lobo era la única forma de poder entrar en estas montañas, con cuidado la tome y trepe de nuevo a mi lomo, Ana no reaccionaba

—Al fin llegas Alfa, pensé que no te dej……… ¿Qué le paso a la chica?

—No lo sé Chima, nos encontramos con Matallus, me paralizo solo con mirarme, pero Ana pudo hablar con él y no tuvo miedo, hasta que desapareció y se ella quedo inconsciente

—¿Matallus? Mire a la niña en la cama, el rostro de la niña me recordaba a alguien

—¿Cómo están mis hijas? ¿Tuvieron alguna mejoría?

—No Alfa, pero tampoco están mal, es como si estuvieran en un suelo profundo como “ella” Alfa ¿Quién es esta mujer?

—Es mi luna y la madre de ellas

—¡No puede ser! Su aura es muy pesada, aunque está dormida “¡dijiste que era una simple humana!” ella tiene mucha fortaleza

—Era una omega, yo la rechace como tú s
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