Capitulo 32.| Odio amarte.
EXTRA.
POV: LEANNA.
Sus besos eran dulces como la miel y eso me hacía odiarla aún más; la odiaba porque por su culpa ahora me sentía feliz.
―Leanna, cariño, vuelve a la cama ―su voz de ángel seductor me sacó de mis cavilaciones.
Me di la vuelta para dejar de ver la ciudad desde el balcón y, en cambio, quedar frente a ella, contemplando la perfección de sus facciones.
Ella era la mujer perfecta para mí y solo lo acepté después de aquél beso.
Esa oportunidad con ese beso fue todo lo que necesitaba para aceptar y convencerme a mí misma que no estaba mal sentir lo que estaba sintiendo; si Mary me hacía sentir la mujer más feliz del mundo, entonces estaba bien serlo para variar.
Volví a la cama mientras rememoraba lo que habían sido ese par de días de plena locura y satisfacción en los brazos de ella. Después de la fiesta Mary me había llevado a su departamento, desde entonces no había vuelto a mi casa ni siquiera para estar al pendiente del jardín Zen de mi terraza. Los mejores días de m