Ella se quedó sin aliento. No dolorida, como había esperado, pero sí
envuelta en un éxtasis abrumador. Su sexo estaba absolutamente repleto el ángulo en el cual la penetraba lo ponía en contacto con todos los lugares secretos, placenteros y maravillosos en su interior.El placer y el dolor la mareaban, sus manos, su boca y sus dientes estaban en todos los lugares que podían alcanzar, su verga tan profundamente en su interior que ella sintió de pronto como si se hubiera dividido en dos. Un gemido agudo y animal sonó repetidas veces, y Annettse percató que el sonido salía de sus propios labios.— ¡Ooooh, Ooooooh, Dios, Sí No te detengas! Asi, sigue ...— gritó una y otra vez.— ¿Quién te posee, en corazón y alma? ¿Me perteneceras, te entregaras completamente a mi? —demandó él.— A ti, te pertenezco. ¡Sólo a ti! —juró ella, en medio de gritos desmadejados.Sus cuerpos chocaban audiblemente, el sudor cubriéndolos con un fino brillo. — Córrete para mí —ordenó él. — Ven, córrete para mí. Ahora.Ella lo hizo. Inmediatamente luego de oír sus palabras, su vagina se apretó con la fuerza de un puño alrededor de él y él empujó aún más furiosamente. Ella empezó a gemir, casi gritando mientras su cuerpo pulsaba y se estremecía. El orgasmo fue explosivo, intenso y absorbente.Cuando ella se hubo calmado se percató de que Ivan estaba lejos de ella. Él cayó de rodillas delante de ella y enterró su boca en ella. Lamió y chupó y le hizo el amor con su lengua hasta que ella se corrió otra vez.Las piernas temblando, totalmente agotada y sin capacidad de discernimiento después de la violencia de sus orgasmos, todo lo que podía hacer era gemir y apretarse contra él mientras Nikolas yacía en el suelo. Él la levantó y la montó encima de él. Su grueso eje la llenó por completo, alcanzando su útero.— Móntame —gruñóCon sus manos rodeándola con fuerza, ella le rodeó, moviéndose encima de él ansiosamente. Increíblemente él se puso aún más duro mientras ella ondulaba sobre él. Él volvió su cara hacia la luna, sus ojos destellando hacia los de ella iluminados con un brillo plateado. Sus dientes relucieron, viéndose de pronto afilados y extraños junto a sus sensuales labios. Él gimió y gimió bajo ella, sus caderas presionando contra las de ella, sus manos firmemente asentadas en la carne de las caderas de AnnettRepentinamente él se puso tenso bajo ella, su cabeza cayó hacia atrás. El orgasmo, tembló a través de ella justo un segundo antes de que su esperma inundara su matriz. Nikolas se movió agitadamente bajo ella y aulló un largo lamento hacia la noche iluminada por la luna, sin poder detener su naturaleza de hombre lobo.Annett se desplomó sobre él, perdiendo terreno sin su soporte, y lo oyó jurar en su oído— Nunca me dejarás. Ni ahora, ni nunca. Eres la otra mitad de mi alma, mi complemento, mi todo .Nikolas estaba actuando de forma extraña, despues de terminar el ultimo marraton de sexo que habian compartido, aún más de lo que era habitual
en él. Su pelo estaba desordenado y despeinado, sus ojos agudos y concentrados. Annett sólo le había conocido durante un mes, pero en ese tiempo había aprendido lo suficiente sobre él como para estar preocupada por su actual comportamiento. Podía ver que tenía algún tipo de desasosiego, pero cuando le preguntó qué estaba mal él sólo le había ladrado y ella terminó por retirarse al aire libre.