Capítulo 31: Planes en marcha.
Von Dimitrakis.
Mi hija me miraba con una expresión de tristeza y yo sentía un profundo dolor en el pecho, sentía mi corazón hundirse al ver sus pequeños ojos bañados en lágrimas, y su acusación me golpeó como si me fueran dado un puñetazo en el estómago, sacándome todo el aire.
Sabía que este momento llegaría tarde o temprano, pero nunca imaginé que sería de esta manera y mucho más pronto de lo que imaginé. Me quedé sin palabras, incapaz de negar la verdad.
Catherine seguía mirándome con una mezcla de decepción y tristeza. Sus lágrimas seguían fluyendo, y sentí una oleada de dolor por haberle causado tanto sufrimiento, lo que había querido evitar con esa mentira.
Me levanté de mi asiento y me acerqué a ella, intentando tocar su hombro para consolarla, pero ella se apartó de mí como si fuera un extraño.
—Hija, mi amor, por favor permíteme explicarte —empecé a decir, pero ella me interrumpió con voz quebrada.
—¿Por qué, papá? ¿Por qué me hiciste creer que esas cartas eran de mi mam