Estiré mi cuerpo con pereza, había tenido un sueño tan real que no pude evitar sonreírme, sin embargo, al hacerlo sentí una pierna encima de la mía y un brazo en mi vientre. Rodé un poco atrás y sentí la erección de mi acompañante. Abrí los ojos nerviosa "— ¡Diablos no era un sueño! Me acosté con Nick. ¿Y ahora?"
Pensé que se trataba de un sueño erótico; cuando él me sintió moverme, comenzó a besarme y con voz ronca me dijo: — Hola mi beba, ¿Cómo está la dueña de mi corazón? —quise levantarme, pero la vergüenza me inmovilizaba, aparte de que sentí una pequeña molestia en mi espalda.
» Te amo Sophí, no sabes cuánto sufrí por no tenerte, pero ahora prometo no volverme a separar de ti — yo permanecía en silencio