Camila.
Estoy en un gran problema, no puedo creer que el este justo aquí en este momento cuando acabo de llegar a la casa. Ahora estamos los dos de frente y no sé qué hacer.
—Hola. —le dije dedicándole una sonrisa.
—Me puedes decir que estas haciendo en mi casa.
—Lo que pasa es que… te extrañaba y te quería ver. —le digo para ver si se cree el cuento.
—Ven mi esposa no esta en la casa, pero podría venir y no quiero que te vea. —no puede ser, el tonto se creyó el cuento acaso.
El me tomo del brazo y los dos entramos a la casa.
—Esta casa es muy bonita, me gusta.
El siguió caminando y no me dijo nada. Aun no estoy segura de que el no sospeche de mí, si hubiera sabido que esto pasaría no hubiera tenido esa loca idea de venir a la casa a buscar