Capítulo veintidós
-Elisa-Otra vez intentó acercarse a mí, pero lo detuve en seco con un simple gesto.— ¡No! No me toques o no podré continuar.>> Esto es una farsa —señalé mi figura estilizada y mi peinado elaborado por el equipo de estilismo del hotel—. Yo soy una farsa.— Eso no es cierto —repuso.— ¡Sí lo es! —exclamé fuera de mí. Necesitaba que él viera a la verdadera Elisa Payton—. Y además, esta noche he averiguado que eras dueño de varios hoteles, ¡muchos! —recalqué. Aun me parecía increíble. Ninguno de los dos habíamos resultado ser lo que el otro creía. — No era ningún secreto —señaló—. ¿Qué importancia tiene esa nimiedad ahora?— ¡Nimiedad! —solté en un bufido—. ¿Llamas nimiedad a ser inmensamente rico. No hubiese tenido importancia alguna —proseguí— si yo fuera lo que aparentaba ser. Después de haber hecho el amor y de que tú… Dejé la oración suspendida, no sabía