Capitulo 42: "Felicidad empañada"
Los días en Roma fueron maravillosos. Ares y Giulia vivieron y disfrutaron cada momento compartido antes de volver a Brasil, felices. Y es que ahora que sabían que todo estaba dicho entre ellos y conocían el pasado del otro, solo restaba amarse hasta que el corazón no pudiera más.
Con pasos firmes, Ares y Giulia atravesaron el vestíbulo principal, y por un breve instante, se sintieron inmersos en su propio mundo. La complicidad en sus miradas y la calidez del contacto de sus manos dibujaban en el aire una intimidad inquebrantable.
Pero, de pronto, la atmósfera se tornó densa. Miradas acusatorias se posaron sobre Giulia desde cada rincón: desde el vestíbulo, en las escaleras, y hasta en los pasillos de cada planta.
— ¿Qué está pasando? — preguntó Giulia, con una voz temblorosa y confundida, mientras apartaba la mirada de unos ojos inquisitivos.
Ares frunció el ceño. No podía entender de inmediato la fuente de aquellas miradas, pero su instinto le dijo q