303. BUSCANDO SOLUCIONES
AMET:
Nunca había pensado que un ente pudiera estar dentro de nuestra Luna. La sola idea de que fuera real hizo que, de pronto, el aire en la sala pareciera haber cambiado; pesaba más. La magnitud de lo que estábamos desentrañando era mucho mayor y más peligrosa de lo que había previsto.
—Señora Amanda, pensamos que la diosa bruja desterrada, Isfet, está detrás de esto —decidí contarle todo—. Cuando la atrapamos en Australia, dijo que había estado persiguiendo a nuestras mitades y, en especial, a nuestra Luna, matándola para que Jacking no la encontrara. También mencionó que le había hecho un conjuro para que odiara a nuestro Alfa Supremo y no se dejara marcar por él.
—¡Esa bruja desgraciada! ¡Juro que entraré en esa biblioteca y no saldré hasta dar con la manera de acabar para siempre con ella! —gritó, furiosa, Amanda.
Dakarai cerró los ojos mientras respiraba hondo, tratando de controlarse. Afuera, el aullido lejano de un lobo rompió el silencio, y tanto Horacio como yo senti