Valentino se quedó a la expectativa, en la espera de la respuesta por parte de su mujer, tal vez estaría un poco loco, porque ya Macarena y en él tenían más de diecinueve meses juntos, viviendo como pareja, pese a ello no pudo evitar sentir un sudor frío recorrer su espalda, su corazón palpitaba como los sonidos del tambor en las fiestas de San Juan, con fuerza y de forma incesante, porque temía ella lo rechazara, su alivio llegó cuando la chica se le tiró encima, con tanta energía, que los dos terminaron en la hierba riéndose a carcajadas.
—Si mi amor hermoso, te digo un millón de veces que sí, porque te amo hasta el infinito y más allá —expuso emocionada, mientras en sus ojos comenzaban a brillar dos cristalinas lágrimas.
—Amor, ¿Por qué estás llorando? Pensé que mi propu