Prólogo.
Un día Dios en su templo celestial bajo la mirada hacia su creación, buscando observar caos, muerte, sufrimiento, algunas gotas de felicidad repartidas lejanamente, guerras y las brutalidades del hombre, pero sobre todo el quería conseguir si había algo diferente que ver, pero se topo con una gran sorpresa, solo podía ver una oscuridad tan profunda y extensa como el universo mismo. Dios no podía ver su bizarra y perversa creación, por lo cual se altero y busco al señor de las tinieblas, su fiel aleado y sirviente para misiones de baja categoría, le ordeno que enviase a sus agentes demoniacos a conseguir la respuesta. El señor de las tinieblas los envió aquella frívola noche con un objetivo en mente.
No fallar.