"No te preocupes, Jesse", dice Roger con cariño a su hijo y acariciando suavemente el sedoso pelo castaño que ha empezado a crecerle en la cabeza. "Algún día vencerás a esa albóndiga; eres más ligero y más rápido...".
Estallo en carcajadas ante la ridiculez de mi familia, negando con la cabeza ante