‘Una reina para el pueblo’, decía. Mi ceño se frunce aún más.
‘¿Qué? ¿Qué es esto?’ Mis ojos se mueven un poco hacia abajo y parpadeo sorprendida al ver que reconozco el titular: el artículo está escrito por Tempest Bowers, la mujer que conocí anoche, cuyas hijas solo querían un poco de chocolate...