“Te amo, Ella”, dice mientras comienza a desvanecerse de mi vista. ”Siempre tendrás un pedazo de mí”, dice, extendiendo la mano para señalar mi pecho, donde su don se calienta. “Úsalo bien”.
Y luego, de repente, se ha ido.
Y parpadeo para mí mismo dándome cuenta de que...
Que a pesar de que se sinti