Capítulo 103
Al escuchar las palabras de Ana, María respiró aliviada, sintiendo que habían ganado el caso.

Margarita aprovechó la oportunidad y llevó al camarógrafo hasta donde estaba Ana. —Señorita Ana, ¿tiene algo más que decir en su defensa? —preguntó.

—Pronto enfrentará las consecuencias legales de sus acciones ilegales —agregó con severidad.

Cada palabra de Margarita era como una daga afilada, y Ana intentó rebatirla pero no pudo.

Desde lejos, Rita corrió hacia ellas emocionada. —Ana, ¿te arrepientes? —gritó.

Ana sonrió fríamente: —Conoces la verdad de los hechos. Tarde o temprano, la verdad saldrá a la luz.

Rita, sin embargo, no le dio importancia y le recordó a Ana: —¿Recuerdas nuestro acuerdo?

Ana se quedó pálida al escuchar esto, ¿cómo podría olvidar ese acuerdo?

Pero establecieron ese pacto porque estaban seguros de que ganarían el juicio como víctimas.

Quién hubiera pensado que el otro lado traería a Carlos y daría un giro a la situación.

En ese momento, Rita pensó que había llamado a Ma
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