—Mira, obviamente estás demasiado nervioso para ver lo que ella tiene que decir, y el suspenso me está matando, así que lo leeré por ti.
—Oh, Jesús—, me reí. —Eres como tu hermana. Espero que lo sepas.
Se quedó en silencio por un momento mientras hojeaba el texto, y luego sus ojos se alzaron para en