Emily.
—Es hora de irme —dijo Mad detrás de mí cuando estaba apilando las copias de libros que daría a mis allegados.
—Pensé que te quedarías hoy —dije tomando uno de los libros para obsequiárselo—. Gracias por dejarme escribir un poco de ti.
Ella lo tomó insegura y asintió.
—Creo que al leerlo me veré como una tonta y diré: Esa mujer es lo más estúpido que existe… todos lo pensaran —Mad había bebido mucho, y lo más sensato es que la obligara a quedarse.
—Nadie pensará eso Mad, y te quedas aquí…
—Él viene por mí —dijo mirando su reloj—. No tardará en llegar.
Tomé aire.
—Espero que todo vaya bien y…
—Voy a terminar con él Emi,