Kaylee volteó con rapidez mientras su corazón latía con fuerza y sus terminaciones nerviosas explotaban por completo a causa de los nervios. Su corazón se relajó por completo al ver al padre de Wendy con una amplia sonrisa. Kaylee sonrió ampliamente y corrió hacia los brazos del hombre. Este la abrazó con cuidado y susurró unas cuantas cosas en su oído mientras Kaylee asentía y sollozaba.
El hombre se alejó del cuerpo de Kaylee y la miró fijamente para luego reír y asentir rápidamente.
—Si haz cambiado demasiado— dijo para luego reír. — pero para mí sigues siendo la misma niña que venía hace años. Sigues siendo mi pequeña niña. Eres mi hija y no me importa lo que digan tus padres— dijo para luego acariciarle la mejilla y caminar hacia la puerta principal de la casa de Wendy. —