133. ¿DÓNDE TIENES TUS FAMOSAS PRUEBAS?
(PARK ETHAN)
El suave aviso de la puerta abriéndose me sacó de mi concentración. Cerré la carpeta de golpe con todos los documentos perfectamente ordenados, dejandola sobre la mesa de centro. Me levanté lentamente, sintiendo un leve mareo por la repentina acción. Volví mi mirada hacia la puerta abierta, donde la figura imponente de Matilde se recortaba contra la luz del pasillo. Su rostro era una máscara de frialdad, sin rastro alguno de la amabilidad que solía mostrar en público. Su presencia llenó la habitación con una tensión palpable. El encuentro, finalmente, había comenzado.
—¿Dónde tienes tus famosas pruebas? —preguntó Matilde, con una altanería que me revolvió el estómago. Su mirada me recorrió con desdén, como si fuera una mota de polvo que debía ser barrida—. ¿Las terminaste de inventar?
—Siéntese, así podemos hablar mejor —respondí, intentando mantener la compostura y recordando el consejo de David de tratarla como a un socio de negocios. Señalé uno de los sillones de cuero