Golpeo la puerta desesperadamente hasta que escucho los pasos de Husein desde adentro.
Husein abre la puerta y me lanzo a sus brazos. Él me abraza de la cintura y el abrazo se extiende durante un par de minutos.
- Te extrañé. – Digo.
- También te extrañé.
Nos separamos para mirarnos a los ojos y resbalo por su cuerpo hasta volver a tocar el piso con mis pies.
- ¿Cómo estuvo tu viaje?
- Bien. Mamá dice que te extraña.
Sonrío y Husein toma mi mano para guiarme hasta su habitación.
- Mamá me compró esto para jugar contigo.
Husein señala hacia algo en el piso y al seguir su mirada me encuentro con unos rieles de tren de plástico, así como un tren de color rojo sobre los rieles.
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