Después de por lo que creo son dos horas, termino de arreglarme, llevo un jeans negro y un suéter blanco tejido, junto a unos tenis blancos.
Tomo mi pequeña bolsa y bajo las escaleras, veo el auto de Nicolle estacionado frente a la mansión y detrás del suyo está el de Zoe, me río porque pudieron haber venido en uno solo, pero como siempre, Nic solo utiliza deportivos y no habríamos alcanzado las tres en uno de esos.
—Bajate y nos vamos en el de Zoe, es más grande y hay campo para las tres—le digo desde la ventanilla.
En verdad la amo, pero con el sol que esta haciendo no quiero y no puedo ir en ese coche y tampoco quiero mandarla sola porque se lo celosa que es y no quiero que se recienta.
—Dile a tus guardias que abran—Dice mientras sonríe
Le pido al guardia de la entrada a la mansión qué habrá y camino al coche de Zoe.
—Hola, Zoe—sonrío y me siento en los asientos traseros.
—¿Ya viene Nic? Tarda como si estuviera coqueteandole al guardia—enciende el coche y río por su ocurrencias.