Capítulo 41

Al día siguiente logró levantarme más temprano de lo habitual, estaba de buen humor, y mientras preparo el desayuno no dejo de pensar en lo que me dijo Mich por la noche. Sonrío como una idiota al sentirme querida, de hecho era la primera vez que un chico no me pide tener sexo con él en la primera cita. Y pese al empeño de Omar y los dos hermanos idiotas, pasé una noche grandiosa. Una de las mejores.

—¡El cielo se va a caer! —me grita mi hermano entrando a la cocina, tomando un vaso de leche.

—¿Por qué lo dices? —juego al tonto.

—Porque te has levantado temprano y estás haciendo el desayuno —apunta mi hermano mayor sorprendido—. Bri, llevo toda una vida viviendo contigo

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