Capítulo 2

Al verlas me aterroricé y al ver que venían hacia mí me congelo.

Austin se bajó de la moto mientras se quedó mirando como Elizabeth venía hacia nosotros hecha una fiera, sin embargo ella al ver que estaba con un chico guapo bajo su temperamento.

—¿Y él quién es Zoe?—preguntó mi hermana, al estar cara a cara conmigo. Reaccioné a escuchar su voz.

—Es Austin, va a mi clases de química.—dije. Austin y Eliz no dejaban de mirarse, parecía que estaban solo ellos dos. Sin nadie a su alrededor.

Despeje mi voz.

—Como dije, él es Austin y es mi amigo—expresé poniéndome enfrente de Eliz para que se dejaran de mirar. Miento, lo hice para que se dieran cuenta que aún seguía ahí.

—¡Ah! Tú amigo. Está bien.—expreso mi hermana despacio, su rostro fue de impresión, al saber que tengo un amigo guapo como los de ella.

—Sí, es mi amigo y si no tienes otra cosa que decirme te puedes ir. Necesito hablar con mi amigo Austin.—dije cortante, Austin sólo me miraba completamente confundido, mientras que yo rezaba para que él no cagara la situación. O sea se imaginan que diga que no somos amigos de verdad, Oh por dios, moriría.

—Está bien, me voy. Solo vine para saber si estabas bien como no me esperaste.—dijo Elizabeth con la mirada decaída. Creo que sentí preocupación en ella, pero seguramente era mi cerebro confundiendo la situación.

—¡Por dios, Elizabeth! ¿En serio? Vamos, no te preocupaste cuando me dejaste aquella vez sola en McDonald 's. De. Noche. Para irte a una fiesta ¿Y tú crees que te voy a creer eso?—dije hiriente. «Estoy cansada de que se preocupe por mí solo cuando le conviene. Porque sí, me dijo "solo vine para saber si estabas bien" porque Austin estaba ahí. Ella no puede ver a un chico guapo porque sus hormonas enloquecen. De seguro solo vino a reclamarme por el maquillaje que le rompí hace días.»

—Haz lo que te de la maldita gana. Sólo no metas hombres a casa.

—Así como metiste hace dos noches a ese chico. Como se llamaba, ¡Luke! ¿No?

Elizabeth.

¡Juro! Que la quería matar. Aunque no me crea si estuve preocupada por ella, a pesar que destrozó mi maquillaje.

¡Maldita sea con Zoe! Pero vamos Eliz, no caigas en su juego. Solo te quiere provocar para que pierdas el control.

—Sabes qué Zoe, ya no seguiré con esto ¡Nos vemos ahora!—dije y mi rostro fingió una sonrisa. Me di la vuelta y me fui de ahí.

Me monté en mi auto.

—¿Qué le sucede a tu hermanita?—preguntó Olivia impresionada.

—Si Eliz ¿Por qué Zoe te habló así?—comento Ava.

—No lo sé chicas. Puede que sea su menstruación, yo que sé... Lo que sé es que hoy hay fiesta.—expresé y las tres gritamos emocionadas.

Zoe.

Ella se fue y yo quedé aún pensando lo que me había dicho hasta que escuche una sigilosa voz entrar a mis sentidos auditivos.

—Tú hermana se veía preocupada por ti ¿Por qué le respondiste así?—comentó Austin. Sacándome de mis pensamientos.

—¿Preocupada? Ella sólo se preocupa por cuantos seguidores tiene en I*******m. Que no te engañe Austin. Yo para su vida soy invisible—repliqué.

—¡Oh! No pensé que la porrista más sexy y dulce fuera así.—dijo Austin.

—Aguarda. ¿Acaso la llamaste sexy? ¿Disculpa, tú sabes quién es?—arrugue el rostro al pensar que quizás él se haya acercado a mí por ella.—No me digas que solo te acercaste a mí para conseguir una cita con Elizabeth. —pregunté y mi enfado se estaba notando.

—Sí, o sea no. Digo si, ya la había visto. Es decir Zoe, a Elizabeth la conoce todo el colegio y yo no vivo debajo de una piedra.—dijo Austin. Y pues es cierto, todo el colegio, de hecho todo Boston conoce a Elizabeth Johnson.

Tome aire y me relaje.

—¡Tienes razón! Lo siento. Es que ya estoy cansada de que se acerquen a mí solo para conseguir su número o una cita con ella. A veces quisiera tener bubis grandes para gustarles a ustedes.—dije y mi tristeza se notó.

—¿Bubis? No Zoe, no necesitas tener bubis grandes. No a todos les gusta, además tu eres perfecta así.—expresó tocándome la mejilla.

Me sonroje.

—¡Qué lindo! Gracias por subirme el ánimo, te invitaría a pasar pero ya sabes... "No puedo meter a hombres a casa"—dije burlona refiriéndome a Eliz.

—¡Oh! No, no descuida igual me tengo que ir, mis padres deben estar preocupados— subió a su moto.—Nos vemos en el colegio.—expresó marchándose.

—Dalo por hecho—musité entre dientes.

Austin se fue y finalmente entré a mi casa, ya no aguantaba más estaba muy agotada. Subí a mi habitación y lo primero que hice fue encerrarme ahí a esperar que mi madre se dignase a aparecer o a llamar. Fui al baño y me di una ducha larga. Salí y me puse de una vez mi pijama. Una camisa ancha con un mono y mis medias amarillas hasta la rodilla que nunca me pueden faltar. Me puse mis audífonos y me sumergí en la música hasta quedarme dormida.

Me levanté escuchando gritos y golpes en la pared.

—No te detengas, Ah! Ah!—gemía una mujer. Abrí a ver quién era qué hacía esa cochinadas en mi casa. Y al mismo tiempo Eliz también abrió. La casa tenía tres habitaciones y las tres quedaban juntas en el mismo pasillo.

—¿También lo escuchaste?—preguntó Eliz, adormecida.

— Por supuesto, todo Boston lo puede escuchar ¿Quién m****a está viendo porno ahorita?—dije molesta.

—No es porno. Es mamá que volví a traer a otro tipo.

—¿Qué? ¿En serio? Otro tipo apenas comenzando el año ¡Dios!

—Es mamá Zoe, no hay que juzgarla, y me voy a seguir durmiendo—dijo bostezando. Yo no la estoy juzgando, ella tiene derecho a ser feliz, lo único que no tiene derecho es de traer a un hombre diferente todos los días y menos a nuestra casa. Maldita sea, eso me molesta tanto.

—Espera. ¿Y tú a qué hora llegaste?—pregunte pero ya había trancado su puerta.

Me devolví a mi habitación aún era temprano para irme al colegio. Así que me recosté en la cama colocándome mis audífonos a todo volumen. Quería desaparecer y la música siempre me ayuda.

Le mandé un mensaje a Hannah con esperanzas de que me respondiera para ver si iba a la escuela dentro de algunas horas pero no tuve mucho éxito. Ya se me hacía algo raro no saber nada de ella en dos días.

Me perdí en la música y me quedé dormida de nuevo.

Luego de minutos abrí mis ojos y aun Hannah no me había respondido, se me hizo más extraño. Eran las 7:00 a.m ella siempre a esa hora está despierta. Le iba m****r otro mensaje pero escuche murmullos en los pasillos, me acerque a mi puerta y era mi madre despidiendo al tipo con quien tuvo sexo, le dijo algo como "Ya conoces la salida, no me llames yo lo hago" ¡Dios! ¿¿¿Algún día se comportara como una madre real??? Aun no pierdo la esperanza de que así sea.

Me metí al baño y me arreglé, me puse un jean con una camisa negra de nirvana y por último una gorra. Bajé, mientras que caminando hacia la cocina le mandé otro mensaje a Hannah.

Mensaje.

—Hey, Hannah ¿Qué sucede? ¿Por qué m****a no me respondes? Te necesito mucho amiga... Te estaré esperando donde siempre en la entrada del colegio, no quiero entrar sola de nuevo, responde apenas veas esto.

Elizabeth estaba despierta y con sus amigas Ava y Olivia en la cocina. Me dirigí hacia allá ignorando su existencia, abrí el refrigerador y me serví un vaso de jugo de naranja. Iba agarrar una manzana pero Eliz me detuvo poniendo su mano junto a la mía.

—¿Qué quieres?—expresé rodeando mis ojos.

—¿Ya no dices buenos días?

—Ay vamos Eliz ¿Qué quieres?—dije mirándola.

—Quiero saber ¿Si Austin y tú son novios?—preguntó Eliz, mientras que Olivia y Ava, me miraban ansiosas por saber mi respuesta.

Respiré hondo.

Pensé en mentirle, porque sé que si le confirmo que si es mi novio, enloquecerá de celos pero no. No lo haré, simplemente porque es muy temprano para discutir con ella.

—Para que estés tranquila. No somos nada, ni amigos, apenas lo conozco así que no me vuelvas a preguntar sobre él.—dije dándome la vuelta pero me detuve al instante a escuchar su irritante voz decir.—¿No son nada? Pero eso no parece.—voltee.

—¿De qué hablas? Ayer solo estábamos hablando como personas normales ¡Por dios Eliz!—expresé y seguí caminando pero me detuve de nuevo.

—Zoe. Austin lleva rato esperándote afuera, lo invite a pasar pero no quiso. —comentó mi hermana.

¿Afuera? Dios que le pasa a ese chico. Salí a ver si era verdad y ahí estaba a recostado de su moto con una chaqueta negra de cuero que quedaba más que bien con su cabello perfectamente lacio. Caminaba hacia mí y yo hacia él, me perdí en sus labios, eran tan irresistibles.

—¿Y qué ahora te crees mi chófer?—pregunté y él rió.

—¡No! Pero si tú quieres lo seré, no me molestaría—respondió Austin, guiñandome un ojo mientras me toco la mejilla.

Sonreí.

—¿En serio, Austin? ¿Qué haces aquí?—pregunté alejándome de él.

—Quería llevarte a clase ¿Es malo?—respondió Austin siguiéndome.

—¡No! Y no hace falta tampoco, yo me puedo ir caminando. Jesús me dio dos piernas perfectamente sanas para poder caminar. —expresé dirigiéndome hacia él.

— Esta bien. Si... Quieres... Llegar tarde, es tú problema.—comentó y se devolvió a su moto. Lo ignoré hasta que...—Solo recuerda que hoy toca ver con el profesor Erick y a él no le gusta que lleguen tarde.—dijo con tanto cinismo que quería matarlo por tener la maldita razón. Me devolví tenía que hacerlo, si llego tarde a biología y si me hacen una falta influirá en mi promedio y no puedo permitir eso.

Me devolví.

—Borra esa sonrisa.—expresé al montarme.

El arrancó al instante. Íbamos a toda velocidad por la carretera, yo estaba de nuevo aferrada de su torso mientras recosté mi cabeza en su espalda. Llegamos rápido y justo a tiempo porque estaba a punto de sonar el timbre, miré alrededor para ver si Hannah estaba y no. No había señales de ella.

Entre y por primera vez todos tenían sus miradas en mí pero solo porque Austin estaba a mi lado. Empecé a caminar rápido para perder a Austin, me sentía apenada y odio esa sensación. No me gusta ser el centro de atención de la gente, no me gustan las miradas y Austin traía todo eso. Así que me escabullí entre la gente para desaparecerme.

Finalmente llegué a mi salón, entré y la misma sensación tenía pero esta vez más fuerte. Todos se me quedaron viendo apenas entre. Miré detrás de mi espalda y Austin estaba ahí con su encantadora sonrisa. Maldita sea algún día dejara de sonreír.

Me senté. Y lo primero que hice fue buscar con la mirada a Hannah pero no estaba. Las dos horas pasaron lentas y yo solo miraba el reloj para irme a buscarla. Quizás le paso algo y no sé. El profesor no dejaba de hablar y Austin no dejaba de fastidiarme para que volteara a mirarlo. Insistía. Insistía tanto que no tuve más opción que voltear.

—¿Qué?—grité bajito.

—¿Hacemos juntos el proyecto?—preguntó y no dejaba de sonreír. Siempre me los hago con Hannah pero ella no estaba y si no escojo compañero, lo hará el profesor. Y rayos eso no puede pasar, porque me pondría con Nick. Nick Stiven Morris, siempre queda sin pareja cuando mandan trabajos grupales, Nick sobrepasa el estatus de Nerd. Nadie le gusta está cerca de él y no los culpo, el chico además de insoportable nunca ha entrado a una ducha. Además su olor corporal no es para nada normal.

—¡Esta bien Austin! Pero lo haremos en mi casa—dije y volteé mi mirada hacia el reloj. Luego de una horas más el timbre sonó. Salí corriendo, agarre mi mochila e iba directo hacia la salida.

Necesitaba saber de Hannah. Iba por los pasillos del colegio y Austin me llamó, lo ignoré y seguí caminando. Estaba cerca de la puerta y me detuve, al ver entrar el chico más hermoso que había visto. Tenía ojos azules que hacían juego con su piel blanca bronceada, cabello rubio claro con labios carnosos rojos y cuerpo musculoso con mirada de chico malo. Era un sueño de hombre. Austin me alcanzó e igual que yo sé quedo mirando pero su mirada decía solo una cosa: Que estaba furioso.

—¿Quién es?—pregunté impactada, viendo como el chico caminaba por el pasillo. Sin percatar que me encontraba ahí.

—Es él nuevo.—replicó Austin.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque se acaba de mudar a mi vecindario, pero no te acerques a él.

—¿Por qué?

—Dicen que es peligroso. Qué incendió el carro del director de su antiguo colegio solo por una puesta.

—¡Oh! ¡En serio! ¿Y sabes el nombre?—pregunté mientras recordé a Hannah y seguía caminando.

—Solo sé que le dicen Noah.—Dijo siguiéndome.—Oye ¿Y te vas?—añadió.

—Espera ¿Qué? ¿Noah?—dije y me detuve, a pensar por un momento que podría ser el chico que siempre he esperado.

—Sí. Zoe ¡Noah! ¿Y dime ya te vas?

Mi mente no escuchó más nada después de Noah ¿Será que es él? ¿Será que ya volvió? ¿Será qué después de tanto tiempo se acuerda de mí? Aunque vamos Zoe eran niños quizás hasta ya tiene otra mejor amiga. Sumergida en mis pensamientos solo pensando en Noah.

¡Basta! Zoe. Tienes que ir dónde Hannah, tu cabeza tiene que estar en ella. Tal vez te esté necesitando y tú aquí pensando en alguien que se fue sin despedirse, sin importarle lo que sintieras tú.—me dije a misma.

Austin.

No puedo creer que él esté aquí, pensé que iba al colegio del este. Desde el primer momento que lo vi supe que me traería problemas. Solo mira a Zoe se le caen las babas por él.

—¡Hey! Hey...—expresé moviéndola para hacerla reaccionar. Parpadeo dos veces y siguió caminando.

—¡Nos vemos ahora Austin!—expresó Zoe marchándose.

—¿Para dónde vas? Zoe tenemos clase.—dije y corrí hacia ella.

—Necesito saber si Hannah mi amiga se encuentra bien. Tiene dos días que no me contesta los mensajes y estoy preocupada.—dijo Zoe desanimada. ¡Joder! Cómo odio verla así con esa mirada apagada. Quisiera tenerla entre mis brazos, pero no. No puedo apenas la conozco y lo peor es que no me quiero alejar de ella.

—¿Si quieres te llevo?—ofrecí

—¿Y tus clases?

—Tranquila. Apenas hoy es el segundo día no me perderé de nada.—dije y la jale de la mano hasta mi moto.

La prendí y nos fuimos. Ella me abrazaba fuerte y ¡Dios! Como amo que haga eso. Por dentro solo grito: Que sea mía.

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