A Rebeca se le agrió un poco la garganta al pensarlo, y de repente se sintió un poco agobiada en el coche.
Apartó los ojos e intentó abrir la ventana para tomar el aire, pero se detuvo antes de pulsar el botón.
Al final, no pulsó el botón, se limitó a girar la cabeza hacia un lado y mirar por la ventanilla.
No sabía cuánto tardó, pero llegó la escuela de Carolina.
Rebeca salió del coche para dejarla y Logan se sentó en el coche sin moverse.
Carolina: —Papá...
—Tengo asuntos que lidiar.
—Oh...
Rebeca sabía que antes, cuando Logan y Natalia dejaban a Carolina en el colegio, él se bajaba del coche con Natalia y entregaba juntos a Carolina a su profesora.
Ahora que era con ella, se preguntaba si realmente tenía algo, o era que no quería estar con ella en público.
Pensando en esto, no quiso forzarlo y, mirando a Logan en el coche, le dijo: —Puedes irte, yo tomaré un taxi hasta la oficina luego.
Logan la miró de reojo y dijo: —Te llevo de paso.
Rebeca, en cambio, no quería ir en su coche.
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