Logan definitivamente no le dijo eso a ella.
En todos sus años de matrimonio, Logan nunca se había acostado así con ella en brazos.
En cuanto al beso de buenos días, era aún más improbable que lo hubiera.
Rebeca estaba segura de que Logan la tomaba como Natalia.
Rebeca frunció los labios y enrojeció lentamente los ojos.
Logan no se despertó.
Rebeca lo miró y apartó de su mente las emociones agrias, respiró hondo antes de separarse lentamente y despegarse de sus brazos.
Estaban tan juntos que, aunque ella se moviera suavemente, era imposible no molestarle.
Acababa de quitarle la mano de la cintura para sentarse y a punto de echar también las piernas hacia atrás cuando Logan se despertó.
Los ojos de los dos se encontraron.
Logan volvió en sí, probablemente también dándose cuenta de lo que pasaba entre ellos, y sabiendo que estaba abrazando a la persona equivocada, hizo una pausa y descruzó las piernas.
Rebeca retrajo las piernas y se dio la vuelta sin volver a mirarle, moviéndose a un la