A decir verdad, ella no tenía ese dinero para sí misma.
Lo estaba asegurando para su hija.
Cuando Carolina creciera, le entregaría cada centavo y cada posesión que Logan le había dado.
Con esos activos, independientemente de las pruebas que le esperaran, tendría más opciones en la vida.
Varios días después, sin saber si Logan ya había regresado o no, Rebeca recibió de repente una llamada de su abogado. Le dijo que había redactado el contrato por los 3000 millones y que quería enviárselo para que lo revisara con antelación. Si había algún problema, podrían discutirlo rápidamente.
Al oír lo que decía el abogado de Logan, supuso que el acuerdo contendría numerosas cláusulas relevantes.
Al fin y al cabo, él estaba pagando 3000 millones.
Dada la cuantía tan considerable, podía entender que él le impusiera exigencias adicionales.
Sin embargo, el documento enviado por el abogado era sorprendentemente breve y solo contenía una única estipulación: que ella se abstuviera de iniciar los trámites