Esa noche, Rebeca se quedó en el hospital toda la noche, sin dormir apenas, solo descansando una hora más o menos al amanecer.
Se despertó, apenas había terminado de lavarse, cuando Logan y Carolina llegaron al hospital.
Logan:
—Carol dijo que quería venir a verte.
Con eso, pasó junto a ella hacia la sala y dejó la lonchera en la pequeña mesa redonda junto al balcón. Miró a Úrsula, que seguía conectada al respirador.
—¿Aún no se ha despertado?
Rebeca negó con la cabeza.
Logan no insistió más y, como Carolina tenía que ir a la escuela, pronto se marcharon.
Esa noche, después de que la niña terminara la escuela, regresaron.
Rebeca no esperaba que los visitaran con tanta frecuencia. Que su hija viniera era una cosa, pero que Logan la acompañara era otra.
Al ver a Carolina aferrarse a ella, esos ojos dependientes que se encontraban con los suyos cuando levantaba la vista... podía sentir su dependencia hacia ella y su preocupación por Úrsula.
Percibía los sentimientos de su hija, pero... le